¿Por qué tener educación?
La palabra educación involucra toda la concepción que uno puede tener sobre su vida y la vida del otro. Ahí se llevan en cuenta sus valores y sus conceptos más íntimos. La educación que se habla aquí no es solamente seguir algunas reglas que nos han dado nuestros padres. Pero, es saber que uno no está solo en el mundo y por lo tanto sus actos afectan todo su entorno. Seguir determinadas reglas de educación no puede ser una actitud inconciente y automática. Hay que ser repleta de razón y satisfacción, por estar poniendo en práctica una actitud que traerá armonía al mundo y felicidad para si y para los otros. No es utopía, es pensamiento simple y práctico. Es la certeza que el hombre es capaz de reacción de manera racional y tranquila delante de cualquier situación, si tiene perfecto control de sus acciones.
A la juventud esta concepción sería llena de aspectos positivos. Esto porque actualmente los jóvenes se encuentran con un mundo que poco les ofrece de armonioso y seguro. Esa situación causa inseguridad y hace que el joven crea que necesita ser agresivo e impiedoso para vencer este mundo. Sin embargo, esto no es verdad. El mundo es hecho de personas. Nosotros construimos el mundo. Son nuestros actos que lo hacen. Si el joven hoy empieza a actuar de forma armoniosa y respetuosa, el mundo que le espera será otro. Un mundo mejor, que le dará más oportunidades en la juventud y más seguraza en la vejez.
La palabra educación involucra toda la concepción que uno puede tener sobre su vida y la vida del otro. Ahí se llevan en cuenta sus valores y sus conceptos más íntimos. La educación que se habla aquí no es solamente seguir algunas reglas que nos han dado nuestros padres. Pero, es saber que uno no está solo en el mundo y por lo tanto sus actos afectan todo su entorno. Seguir determinadas reglas de educación no puede ser una actitud inconciente y automática. Hay que ser repleta de razón y satisfacción, por estar poniendo en práctica una actitud que traerá armonía al mundo y felicidad para si y para los otros. No es utopía, es pensamiento simple y práctico. Es la certeza que el hombre es capaz de reacción de manera racional y tranquila delante de cualquier situación, si tiene perfecto control de sus acciones.
A la juventud esta concepción sería llena de aspectos positivos. Esto porque actualmente los jóvenes se encuentran con un mundo que poco les ofrece de armonioso y seguro. Esa situación causa inseguridad y hace que el joven crea que necesita ser agresivo e impiedoso para vencer este mundo. Sin embargo, esto no es verdad. El mundo es hecho de personas. Nosotros construimos el mundo. Son nuestros actos que lo hacen. Si el joven hoy empieza a actuar de forma armoniosa y respetuosa, el mundo que le espera será otro. Un mundo mejor, que le dará más oportunidades en la juventud y más seguraza en la vejez.
Waleska Montenegro en: 2006
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